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12 de febrero de 2017

De zombies y celulares (disculpando la retórica)

Yo soy de las que viajan en ómnibus y anda por la calle. Una de las cosas que más me gusta es caminar y ver a la gente, más que vitrinas.

Soy de las espectadoras de los pasajeros del bus y de las que observan lo que pasa alrededor. A veces me oculto en un libro, otras veces en el celular, pero es solo camuflaje, es decir soy chusma de la vida ajena.

¿Alguien me puede dar una explicación de porqué todos los días entre semana una persona se suba al mismo bus, a la misma hora, hablando  por teléfono y siga así hasta bajarse del bus 40 minutos después? Tengo la curiosidad, ¿de que tanto habla?, ¿no piensa que puede aburrir a su interlocutor?, ¿o a sus compañeros del transporte público? ¿Es necesario cuchichiar tu intimidad todas las mañanas durante 40 minutos en el transporte público para que todo el mundo se entere de tu vida? (es divorciada, ningún tipo le viene bien, su ex marido no le pasa dinero suficiente para la manutención de sus hijos; su madre es súper protectora y no deja que los hijos de la moviladicta  hagan su vida porque los atiende en los detalles más nimios, etc.).

Pero eso no es nada, tenemos otros que ven, escuchan y envían sus mensajes a los gritos. He escuchado desde mensajes de amor, hasta “¿donde estás pelotudo?,¡ me tomé el bus que me dijiste y va por cualquier lado, menos a tu casa!”, también he presenciado (y hasta intervenido otorgando pañuelos desechables) en una disolución de pareja un 30 de diciembre por “Whatsapp”. Puede existir dejar a alguien por mensajes? Sin voz, a puro “Emoticons”?

Ya no me sorprende ver gente que lo único que hace es mirar su celular: mientras cruza la calle sin percatarse del semáforo, sin mirar a su alrededor, mientras paga en una tienda, mientras va en el bus, mientras come en un restaurante…..

No entiendo que la familia salga a comer y se saquen “selfies” con el plato recién servido y la suban a las Redes Sociales Virtuales, y los protagonistas se enfrasquen en cuantos “like” tienen en vez de conversar con sus Redes Sociales Reales.

Parejas bonitas, sin interactuar entre ellos, solo mirando su pantallita, o su pantallaza, porque cada vez vienen más grandes los celulares. Me hace pensar que antes, para mostrar poder o supremacía económica, mencionabas tu barrio o mostrabas tu auto. Ahora depende de la marca y tamaño de tu celular y de tu popularidad en las Redes Sociales Virtuales..

¡Somos zombies! Sacrificando nuestra vida por un dedo para arriba, un pajarito, una camarita, o un fantasmita (si reconoces esto, estás perdido).

Solo recuerden, aunque les cueste creerlo, que existe la vida más allá de sus móviles.