Mas que
decir que llueve, vale la pena empezar a contar como fue el inicio de
vacaciones. Estas comenzaban el lunes 11 de abril, de lo cual me olvidé
completamente, por lo cual me presenté a trabajar. Entrando en nuestro sitio web
veo que estoy de vacaciones!!!!!. No puede ser que uno este tan estresado que
no recuerde que está de vacaciones, licencia, o permiso para no ir a trabajar.
Decidí
quedarme durante el día, ordenar papeles, escritorio, dejar los pendientes. Volver
a casa con una sonrisa socarrona de “yo no me di cuenta, pero sucedió, qué lástima
que no planificamos las vacaciones con tiempo, fue involuntario”.
Pero pasó
lo que tenía que pasar. A la noche llovió a lo loco, a cántaros, parecía el fin
del mundo. Pero no quedó ahí, el martes amaneció gris, oscuro, lluvioso. Ni
ganas de salir. No sé porque la chimenea del living se llueve; se me llueve el
rancho!, tengo un libro por terminar y una historia de vacaciones por empezar.

El día
fluye, me niego a cocinar, solamente he arreglado el ropero, descubierto un par
de zapatos olvidados y desechado otros. Los años me han ensanchado la cintura
y los pies. No quiero probarme la ropa, porque la depresión ocasionada por la
lluvia no es peor que la ropa que no cabe.
Tanta
lluvia hace que también me meta en el ropero de El Santi; descubro otros pares
de zapatos olvidados, corbatas en desuso, bucles de Gaby en una caja; nostalgia
total.
Y sigue lloviendo.
Espero que
mañana sea un mejor día.
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