Translate

27 de noviembre de 2015

Mi vida con el Conejito de las pilas

 Yo no soy muy lúcida, eso la vida me lo indica. Como es posible que me venga a enamorar de un tipo de es el “conejito de las pilas”?

Él se mueve, corta pasto, lo succiona con la aspiradora el pasto cortado y los restos de pelo de nuestro perro lanudo, cambia el aceite del auto, revisa el carburador del otro auto, pinta la puerta externa de la cocina, se anima a hacer churrascos con papas fritas,  pinta las puertas externas del comedor diario, todo, absolutamente todo en 25 minutos.
Y todo está bien hecho. Pero pretende que todos sigamos su ritmo. Yo no tomo vitaminas todos los días, y se las voy a prohibir a El Santi. A mí me queda llamar por teléfono a mi madre, y pedirle que me entretenga diciendo cosas pseudo importantes para no tener que acarrear bolsas o latas de pintura, o tener que seguirle el ritmo.
El Santi recarga sus pilas todos los días, no sé cómo hace, algunas veces los envidio. Otras simplemente me da cosa que no encuentre la paz de no hacer nada.
Y bueno, la vida sigue y El Santi continua en pleno movimiento, mi dinamo personal.


4 comentarios:

  1. Yo le costaría el red Bull jajaj un mostro el Santi

    ResponderEliminar
  2. Yo le costaría el red Bull jajaj un mostro el Santi

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dejate de jorobar, si le doy Red Bull no para más!!!!! así a Salus me enloquece, imagínate!

      Eliminar
  3. Hay gente así... qué le vamos a hacer. Para todos los demás hay vitaminas...

    ResponderEliminar