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25 de mayo de 2014

Que desastre que soy!

Las personas siempre tienen un lado bueno y otro malo. Entre la lista de mi lado malo, está que soy muy desordenada, por no decir que si fuera por mí, viviría en un caos constante. No me gusta limpiar ni ordenar. Tengo del lado positivo que me gusta cocinar, planchar (poco) y trabajar en mi trabajo.
Estos últimos días me han tenido de valija de loco, de arriba para abajo, de Bogotá a Buenos Aires. Y como valija perdida en Bogotá (sí, mi valija anduvo recorriendo el mundo durante cinco días), me siento algo demorada en casa, lo que lleva a que el cargo de conciencia sea fuerte. Es por ello que he decidido poner orden….. en la cocina! De agarrar una escoba ni hablar, de estirar la cama no me hablen, y  de desarmar las valijas imposible, solo sacar la ropa sucia.
Tengo una lista grande de cosas por hacer:

  1.   Arreglar el lado mío del ropero
  2.   Examinar listas para votar en las elecciones internas
  3.   Pintar el techo del dormitorio del Santi y mío
  4.   Desarmar las valijas
  5.  Reponer las plantas podridas (están pasadas de agua, pobrecitas)
  6. Cortar el pasto
  7.  Ir a la peluquería y a la depiladora
  8. Hacer un arreglo general de la sala
  9.   Limpiar los vidrios
  10.  Despejar mi mesa de luz. 

Estos son los 10 primeros puntos de mi lista de pendientes, pero no puedo con ella, y hace una semana que la vengo pateando, casi casi implorando a mi jefe que me mande al Congo con tal de no enfrentar esas responsabilidades. Pero no puedo, por ello, mi mejor forma de evasión es cocinar.
Tengo el plan de comida para todo el fin de semana, tengo intenciones de hacer canelones y lasagnas, sopas cremas caseras, alguna cazuela de pescado, salame de chocolate, crema de jengibre, etc.
Aunque el Santi clama a gritos que por favor despeje el sillón del dormitorio, este sillón que debería ser compartido entre ambos es compartido por mí conmigo misma, ya que la acumulación de ropa ha dejado mi lado del ropero vacío y mi ausencia se nota más.

Cuando le dije el título de esta nota, el Santi me miró, sonrió y asintió con la cabeza…. Será que se nota tanto?

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