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25 de octubre de 2014

Modo vacaciones en pareja

El Santi y yo comenzamos nuestras vacaciones este sábado. Lamentablemente El Santi entró en modo “vacaciones” inmediatamente y estoy a punto de esconderle el “Pharmaton” por el bien de mi salud mental y en procura de paz.

Para mi vacaciones son cuando pasas el primer peaje, o cuando haces el “check in” en el aeropuerto. Esa es la diferencia mayor que tenemos. A mi me pudre estar en casa, él tal cual pila recién comprada, no para…. no para, no para y a mi me desespera.

Ya sé que estoy de vacaciones, pero en casa no son vacaciones, ergo, necesito irme, dejar el domicilio diario y la rutina para comprobar ese beneficio. El Santi no necesita eso, pero estoy segura que cuando encare la ruta, se va a poner serio. La pobre Gaby soporta estoicamente mi cara de “ya no aguanto más” y hasta me comprende, ella también desea ardientemente que papá y mamá se tomen los vientos, y ser dueña y señora de la casa.

Mientras tanto: El Santi sigue: va al vivero, planta árboles y arbustos, cocina, arregla la antena de la TV, verifica que el automóvil este 100% bien, canta, bromea, pero no hace su bolso de vacaciones! También come, porque para él, un sinónimo de vacaciones es comer sin parar. Verifica mil veces el tablero de la alarma así como sus baterías. Recolecta cargadores y pilas recargables (y se enfurece cuando no encuentra más pilas), va a la maderería y encarga palos y compra viruta; pinta y repinta lo pintado, pero sigue sin armar el bolso, y a mi me desespera. Anda con esa sonrisa socarrona de “te embromé”, que a mi me desespera más aún.

Juega con el juguete nuevo que tenga, sea lo que sea, lo desarma, lo vuelve a armar, bromea…. Yo solo quiero encarar la ruta y llegar a nuestro primer destino que marcará el resto de nuestras vacaciones!

Adoro a El Santi, pero….. hay veces que me desespera, sobretodo en vacaciones en casa.


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