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17 de febrero de 2014

Carrasco Norte

Vivo en Carrasco Norte. Cuando andas por la vida y decir que vivís en Carrasco Norte, todos escuchan Carrasco, y les viene la idea bucólica de casonas con jardines hermosos, autazos en la puerta, y miles de mucamas y niñeras bilingües, etc. Pero del norte (esta vez) nadie se acuerda, ni del Brasil, potencia mundial, tampoco de la Europa civilizada, ni el imperio de Obama. El norte lo omiten como siempre se olvidan del sur. Eso es lo que tiene Carrasco, los puntos cardinales pierden su hegemonía y se va vuelta el mapa, al mejor estilo Torres García. Acá el sur es el que impera, con su costa en el Río de la Plata, Tienda Inglesa y el hotel Casino Carrasco.

Al norte es otra cosa, cooperativas, casas de los que quisieron ser y no nos  alcanzo la guita pero nos sobró el apellido y la tradición familiar (si, soy una de esas), costa contra el Arroyo Carrasco, canchas de tennis, que siempre están vacías, el “cante” y el puentecito, y Jardines de Carrasco - un barrio semi privado, con casas divinas con fondos a las canchas del Christian Brothers o a la Scuola, y otras más divinas sin fondo alguno, donde los calzoncillos se cuelgan en el jardincito del frente.
Bueno, yo vivo en ese paraíso dado vuelta, donde el norte es el sur: Carrasco Norte. Tenemos calles asfaltadas, pero no tienen luz. Los “containers” de basura están abarrotados y el arroyo Carrasco está totalmente contaminado. La casa de al lado en alquiler hace meses, (nadie se anima a mudarse al barrio) y otros vecinos que son tan familiares como los primos segundos en velorios o casamientos. Con desfiles de lunes a viernes de gente trabajadora (y no tanto, pero cobran al Estado por hacerlo) que lleva a sus hijos a la escuela pública en bicicleta o caminando, y por el otro lado, los que traen a sus hijos a los colegios privados en camionetas 4 x 4, Mercedes Benz, o perdido por perdido, algún Audi. Este es el mundo de las disparidades.
Tenemos dos almacenes, uno ignoto, con horarios ridículos, y mal olor, donde en realidad no se te antoja comprar nada, y el otro, casi una tan grande como la Tienda Inglesa de Pocitos (esa de Benito Blanco), que es atendida por sus propios dueños, tiene estacionamiento y cierran a la hora de la siesta. También están los almacenes del “cante”, pero los “carraquenses norteños de costumbres sureñas” no los frecuentamos, ni locos, tenemos ese miedo de que la Coca Cola venga con coca de verdad, o la Pepsi con “Pasta Base” diluida!
Pero vivir en Carrasco, sur o norte, -acá está la igualdad tan deseada- tiene sus ventajas! No hay polución de ómnibus, excepto que vivas sobre Av. Italia u Otero. Porque no pasan ómnibus! Tenemos un Shopping Center, el peor de todo Montevideo, pero es nuestro (y tiene cine y plaza de comidas – fast food espantosa, pero plaza de comidas al fin), y un mini Mall en la calle principal del pueblo. Varias tiendas lindas para comprar ropa y electrónicos, peluquerías, centros de depilación, restaurantes, bares y pubs, que están resurgiendo de la miseria misma gracias al hotel Casino Carrasco.

Bah, en conclusión lindo barrio para criar a los nenes! 

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