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2 de febrero de 2014

Vacaciones Estivales (?) 2014

De vacaciones nuevamente….
El año pasado comencé mi primera tanda de 10 días de vacaciones en agosto. Es sabido que en agosto en esta parte del mundo es invierno, y que el Uruguay se caracteriza porque en invierno llueve mucho. Así que la tanda de vacaciones fue lluviosa, tanta lluvia que nos persiguió hasta las Cataratas del Iguazú. Este año no quise demorar mi derecho vacacional, como lo hice antes, y decidimos, con la aprobación de nuestros jefes, tomarnos la segunda quincena de enero.
Hoy es mi primer día de vacaciones, y:

  • Me levanté de la  cama a las 8:10 am
  • Llueve

Es enero, 20 de enero, y llueve. Qué lindo el olor a tierra mojada, no tengo que regar las plantas…. Estoy de vacaciones y llueve.   Creo que me voy a conseguir un segundo empleo, de “rainmaker!, que cuando el MGAP o UTE necesiten que llueva, me pido licencia y me voy de vacaciones. Otra es hablar con algún jeque árabe y ofrecerme para pasar unas vacaciones en el Sahara, eso sí, ellos pagan todos los gastos y daños por inundaciones, total va a llover y los beduinos serán felices.
Bueno, me voy a dormir la siesta, sintiendo la lluvia. Que sonido tan relajante!


Enero 28, 2014
Al fin salimos de casa y bajo una lluvia torrencial nos encaminamos para Salto. El Santi anda medio perdido, pero nada que no se arregle con una de mis caras largas y tres refunfuños. El camino hasta Young fue prácticamente en diluvio. Al bólido casi le tenemos que cambiar el nombre, por “El Arca del Santi”. Pero llegamos, sanos, salvos y hambrientos a “El Rancho”. Atacamos como es de nuestra costumbre, y esta vez, se podría decir que casi apurados por un contingente de suizos que parecían haber huido frenéticamente y en masa de un residencial helvético.
Partimos de “El Racho”, prometiendo volver al retorno, cuando seamos sorprendidos por un nuevo ataque de hambre. El camino fue tranquilo, con lluvia para no variar, panza llena y yo contando los kilómetros que faltaban por recorrer. La Salud mental del Santi es fuerte aún, por lo cual decide callarme al poner en la radio a “Les Luthiers”. Tan concentrados íbamos, que no encontramos excusa para el policía de la caminera que nos hizo detener, creo que por volar muy bajo dijo. Menos mal que tenemos cara de santitos (cara, no más!) y nos dejó seguir, sin multa pero con rezongo. 
Continuamos camino a las Termas de Daymán, o como las llamo yo, las Termas de Damián. La lluvia refuerza sus ganas de hacernos sesgar nuestros ímpetus termales, llueve tanto, que en vez de limpiaparabrisas, necesitamos periscopio; pero hasta que el agua no le llegue al cuello al Gral. Artigas en su meseta, nosotros seguimos.
Llegamos! Quedó muy bien la ampliación del hotel, y las chicas de recepción nos agradecen por la lluvia traída…. Que traidoras! Al agua patos! Ahora tenemos el agua caliente de las piscinas y la caliente de la lluvia, pero ya no importa. Luego de horas en el agua, descubro que al Santi le están saliendo branquias y si yo quiero recuperar la tersura de mi piel, tendré que plancharme!. Por ahora los dejo, vuelvo al agua.
A estas alturas, yo me siento Ariel, la sirenita, entre las aguas tranquilizadoras y las ansias satisfechas, decidimos recorrer la ciudad. Para variar, yo llevo mil cosas en la mochila, menos la cámara de fotos, ergo, tendremos que volver mañana al muelle ferroviario, plazas y sobre todo, al “Centro Nacional de Avivamiento”, este último en carácter de urgencia. Parece que el lugar funciona bien. Alguno de sus egresados anda en un Ford Festiva con la vieja  matrícula montevideana; el vivo hace lustros que no paga patente!
Una de las muchas virtudes que tiene la Posada del Siglo XIX, es que no hay WI-Fi en todas las áreas. Solo en la cafetería y con un alcance de 10 cms del router, por lo cual te tienes que comunicar con la gente en vivo y en directo, a la vieja usanza. Igual mi genio es fuerte, así que llevé a ese paraíso el Tablet y el celular. Una nena de aproximadamente 8 años, me mira muy seria, y me espeta, con algo de rencor “a mí no me dejaron traer nada de eso” y me da la espalda cubriendo sus celos desmedidos.
Acá sigue lloviendo, veremos si mañana podemos llegar al parador de Ayuí o si vamos al “bagashopping” a comprar paraguas, impermeables y botas de lluvia.

Enero 29, 2014
Hoy es el cumple del Santi, no vamos a confesar su edad, pero me dijo que en sus 65 años de vida, nunca había visto llover tan parejo.
Llovió toda la santa noche y sigue lloviendo, mansito. Luego de las tortas fritas del desayuno, debemos rever los planes para hoy. Me parece que está discusión se dará cuando el Santi largue el Tablet.
Eh hecho de ser un mediático, hizo que el Santi guardará prontamente su dispositivo (en realidad es mío,  y él lo odiaba, hasta que descubrió sus bondades, y trató de convencerme de eso de “que lo tuyo es mío y lo mío es mío”) y enfilamos para Concordia, Argentina. Lo mejor que se puede hacer un día de lluvia gris es salir a “vidrear” y en lo posible renovar algo del ajuar estival.
El Santi y yo llegamos a Concordia, y él anda como loco buscando “championes”, me dice “gordi, estoy tirado de championes”, y tiene tal suerte que los que le gustan no tienen su número. Pero no se mufa, por ahora, yo trato de romper el maleficio de la lluvia y me compre una campera para lluvia (funcionó, si bien no despejo, dejo de llover). El Santi salta de zapatería en zapatería. Ya compró dos pares, mejor volvemos a Salto, sino vamos a tener problemas logísticos en el ropero.
A la ida, vi un parque de esculturas, a la vuelta notamos que tiene solo una entrada y a los geriátricos 120 km/h es imposible volver atrás, así que a ponerme la campera de lluvia (les dije que dejó de llover?) a esconder un par de “championes” en la guantera, de ahora en adelante nominada como la “championera”, y a enfilar a la aduana. Espero que no me revisen las coronas molares, sino ahí tendremos problemas.
Volvemos a Uruguay y ahí nos damos cuenta que viajeros que estamos!, en solo 5 meses, anduvimos por Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay (aunque sea solo la Triple Frontera y turismo interno). Que chics que estamos!.
Entre tantas reflexiones, hacemos escala en el hotel Horacio Quiroga a comprar mis cremas. Santi pide que esta vez pida garantía o que las prueben para ver si estas últimas funcionaran; antes de que le pegue el sopapo, ya estamos volviendo al centro de Salto con rumbo fijo y sin pausa hasta nuestro restaurant predilecto en esta ciudad, “La Trattoria”. 
 Aquí El Cuarteto de Nos se hace presente con tu tema “Mongo y el Oficial”, que recita “yo solo quería comer lo’ canelone’”. Con un calor superior a los 35° y nosotros entrándole a 3 canelones a la Rossini cada uno, para refrescarnos una cerveza bien helada y al final un descuento suculento por elegirlos para festejar un cumpleaños íntimo.  Salimos rodando, como dos canelones solitarios en una fuente, dejando que nuestro peso nos lleve hasta el hotel. Hay diferentes formas de bajar los canelones, lo haremos luego de la siesta. Total, estamos de vacaciones.
Debido a las circunstancias, (y luego de muchas relajadas de mi marido, de que no se me desconectar), tengo el celular apagado, y el Santi, por estar de festejo me usa de “lleva y trae mi celular en tu bolso”, luego de 2 horas de estar en el agua, encontramos varias llamadas perdidas en su celular, y conociendo el paño, encendí el mío para descubrir que la futura mujer de mi marido le mando sus felicitaciones. Menos mal que es una amiga y buena gente, así que me voy sin celos a pensar si a la cena le entro a una milanesa napolitana o a los ñoquis, por ser 29.
El Santi parece la Reina del Carnaval, vive a Llamadas, su celular es el más solicitado por el resto de los turistas para comprobar su flotabilidad y encima, como habla hasta por los codos, no sabes si habla por teléfono o con el turista argentino que está a 5 mts. de distancia. Hablando en serio, cada vez que me distraigo lo veo hablando con alguno, por ahora se salva, mientras que no hable con alguna….
Los que bien me conocen, saben que mis lentes de sol siempre están cubriendo mis ojos o que los tengo en la cabeza, para poderlos poner en su lugar lo más pronto posible.  En realidad soy sensible a la luz solar. Bueno, hoy se dio el maleficio en su totalidad, compre campera de lluvia, y dejó de llover, perdí por algunas horas mis lentes oscuros, el sol rajaba las piedras y yo usando al Santi como lazarillo, totalmente enceguecida. Creo que las próximas vacaciones deberán ser místicas, ir a algún lugar donde chamanes, brujos, espiritistas, o cualquier profesión al respecto pueda curar mi mala suerte.
Dicen que por mi color de piel y mi sensibilidad a la luz solar, puedo ser pariente de algún conde de Europa Central…. Tendré que averiguar, pero yo Condesa? Jajajaja.
Hora de la cena, vamos al restaurant de las piscinas y marchan dos milanesas napolitanas. Cada una mide ½ metro. Por primera vez sorprendí al santi, deje ¼ de milanesa, pero no hay problema, porque sale el “doggy bag” para la picada de mañana.

Enero 30, 2014
Durante toda la noche escuchamos la lluvia y hasta truenos. Amaneció lloviendo. Desayunamos a las 9:00 am y siendo las 13:45 sigue lloviendo. No zoo, no pesca. Fuimos al famoso pesquero de Salto Chico y bajando el barranco, literalmente el Santi se desbarranco. La carcajada casi me cuesta ser señuelo de dorado; me salvó que no hay pique.
Mucha lluvia, mucho barro. Mejor ir al “bagashopping” a sacarme la depre. El Santi está contento con sus “championes”, yo quiero empilcharme, aunque sea berreta. Dicen que la depre se va haciendo compras… veremos.
El centro comercial de contrabando, es una “miércoles”, el Santi se compra havaianas y remeras, yo dos botellas de Fernet Branca. Voy a ahogar en alcohol las penas, porque las guachas flotan en los charcos de lluvia, nada para mí! Yo solo quiero una bombacha de campo, un bikini sin relleno y unas chancletas, de esas que te agarran el tobillo. Nada. Volvemos al hotel y el Santi me babosea sus “championes” y sus ojotas; si se descuida, cuando me termine la primera botella de Fernet, se la parto en la cabeza. Llueve.
La lluvia ha desatado el concurso de fotos. Una el Santi y otra yo, a ver quién captura la mejor gota, la mejor gota golpeando una hoja, la mejor cualquier cosa, a esta alturas, todo es bueno, las cartas están en el auto y ninguno quiere mojarse, más…. Voy a tratar de esconderme en algún lado, fuera del alcance del Santi (una opción es el placar) para entrarle de lleno al “Candy Crush”. Lo peor es la confesión del Santi; le gusta la lluvia! Alguien conoce a un buen abogado de familia? O mejor, a estas alturas un criminalista? Creo que voy a tener que consultar a algún doctor, sea un psiquiatra y/o abogado.
Después del almuerzo, sigue la siesta. Esta es una de las máximas de las vacaciones, también dicen que luego de la tormenta sale el sol. La primera es una verdad, la segunda, es puro cuento.
Luego de la siesta jugamos a “Dora la Exploradora y sus amigos”, y nos incursionamos más allá del parque infantil, para descubrir que a la gente le gusta estar apilada codo a codo. Encontramos lagunones para pescar, hidromasajes muy bonitos y solitarios donde la única compañía son pájaros carpinteros y simpáticas gallinetas. Compartimos que mañana seremos más chúcaros y huiremos a esos lares, ya que ahora comenzó la lluvia y volvemos a la piscina cerrada.  El atardecer es espectacular, pero no cantemos victoria, luego de la lluvia, viene el temporal.
Ahora dejó de llover, el Santi está contento porque dice que no hay mosquitos, válgame el cielo!, estoy toda picada, me usa de carnada y él está contento. Me parece que voy a tener una gran y seria conversación con él respecto a nuestras próximas vacaciones…. ESPÉRAME NEW YORK CITY!
Estamos en la terraza de nuestra habitación con el Santi tomando un aperitivo, y de golpe nos viene a la cabeza la idea de un conventillo o palomar. La baranda está llena de mis bikinis, sus shorts de baño, toallas, bandanas, etc. que no se han podido secar. Voy a hablar con la administración para que coloque malvones en la terraza, así me siento en La Boca, o que instale un secarropa bajo el televisor.
Estar acá te hace tener amigos a cada piscina. El tema de conversación es la lluvia y los mosquitos, pero yo ya no me quejo, otros se quejan más que yo. A mí lo que me tiene mal es la salpicadura de barro en las pantorrillas, todo por no tener las sandalias que se atan al tobillo. El Santi abandonó el glamour en Montevideo y me hace caminar en el barro en vez de dejarme en la entrada cubierta del hotel (el glamour lo dejo en Montevideo, cuando le cortaron el cordón umbilical).

Enero 31, 2014
Hoy el Santi se levantó temprano y algo trémulo abrió la ventana…. “Eureka, no llueve, hay sol”, creo que nunca salí tan rápido de la cama, me vestí como pude (casi me pongo el bikini al revés) y lo llevo a desayunar temprano para aprovechar el día. A las 9:30 estábamos en el zoo, los monos aulladores aúllan mismo!, los felinos tienen grandes espacios, está plagado de garzas, los caranchos son los reyes del jaulón prepoteando a los buitres. Tuve que coimear al guarda para que nos dejara salir sin un cartel “bichos en vía de extinción” ya que sin ser por una excursión infantil, éramos los únicos de nuestra especie ahí. El zoo de Salto vale la pena, tiene sombra, para nosotros y para los bichos, está muy limpio y llegamos a la hora del desayuno, así que casi le afanamos unas manzanas a los coaties,  pero ellos gentilmente nos ofrecieron unas galletitas “Lulu” y nos vamos contentos. El asombro nuestro fue al ver el espacio que tienen los felinos, es como una sola persona viviendo en una mansión, solito, pero están en casales. El zorro se niega a bañarse todos los días, pero el lobo marino hizo mil acrobacias. El cartel decía “lobo Marino Fino”. Igual que el Santi, come como Enrique VIII, y luego se rasca la panza…. Glamour!
A media siesta, mi héroe nacional, el Santi, salió raudo y veloz en medio del temporal a buscar la toalla que se voló de la baranda, los bikinis desparramados. Flor de tormenta. Pero no importa, total, nos vamos a mojar en la piscina. Antes estuvimos en Acuamanía, y el tanque loco nos pudo a los dos, lo mismo que los tubos de agua. Les dejo alguna foto, para que se diviertan, y vean cuanto hemos comido!  Nos quedamos con ganas de ir al parque acuático del Horacio Quiroga, que a nuestra experiencia, está mucho mejor,  pero estamos de vacaciones y la siesta es infaltable. El Santi tiene un colorcito camarón cocido y yo un look honguito venenoso, arriba colorada, con manchas blancas y las patitas casi transparentes de blancas. 
Mis mociones para ir a cenar son denegadas, el fotógrafo tira y tira fotos de los rayos, de nubes con forma de torta de casamiento, etc. etc. O me lleva a cenar, o mañana vuelvo sola, luego de devorarlo. Estoy considerando que esto de estar en el agua caliente te abre el apetito. Así que volviendo a casa comienzo la dieta, y solo me bañare con agua fría, a ver si puedo divorciarme de estos kilitos de más. Al Santi lo bañaré con cubitos de hielo; a él que es admirador de la criogenia, no le va a molestar.
Una ya tiene ese sabor en la boca de que las vacaciones se terminan, y que el lunes hay que volver a la realidad. El Santi dice que es languidez y promete llevarme a cenar en minutos, alabado sea el Santi.
La ventaja que tenemos el Santi y yo es que nos llevamos de maravillas, no tenemos ni un si ni un no. Así que aunque llueva, truene, se inunde, él siempre me mima y yo lo mimo a él. Será este el secreto de la felicidad?
En la esquina del hotel hay un cartel de tránsito que reza “Cuidado niños”, y ahí caemos que la gente que no es de Montevideo es rara, parece que por acá los niños son venenosos o atacan. No lo sé, pero el Santi ha roto corazón en las piscinas, las nenas menores de 5 años le hacen ojitos, y lo buscan para jugar, es bueno el Santi. Pero hay veces que se porta mal, lo tuve que cambiar de piscina puesto que había iniciado una guerra de agua con Agustín, de 2 años, y el Santi iba perdiendo; salvé su honor.
Hoy vamos a cambiar la rutina, vamos a ir a cenar a “El Rancho” de Salto (que luego nos enteramos que es de los mismos dueños que “El Rancho” de Young). Pero no hay vuelta, los “spetto corrido”, no son lo mismo que los “esmero debido”. No me gustó. No volvemos.
La tormenta eléctrica es un espectáculo, compiten los rayos del oeste con los del este, es un concierto interminable digno de dormir con la ventana abierta, para que nos arrullen los sonidos de la naturaleza.
Parte de estos sonidos de la naturaleza son los que hacen los mosquitos. Ellos se piensan que nosotros somos un “spetto corrido”. Cerramos la ventana! El aire acondicionado hace menos ruido y no pica.
Febrero 1°, 2014
Nuestra salida de Salto es rara, quien nos ve, no entiende nada. En vez de agarrar directo para Montevideo, vamos hacia la represa; esto se debe a los bidones de 6 litros de jugo de naranja natural que debemos llevar a casa, si es que queremos que Gaby nos dejé entrar a nuestro hogar.
La vuelta es difícil para el Santi, “bagaaashopping”, “Posaaaaada XIX”, “Acuaaaamannnia”, Meseeeta”, son mis grititos cánticos cada vez que pasamos por esos lugares rumbo a Montevideo.  El colmo fue cuando canté el número de kilómetro, ahí casi me baja del bólido, pero desistió y ahora busca psiquiátricos en el litoral uruguayo, vía celular. Decido callarme hasta que a la altura de la ciudad de Paysandú veo que venden macetas de barro. Entramos y estaban almorzando fideos con tuco casero. Elegimos dos macetas y un plato de fideos. Nos dan las macetas solicitadas y nada más. Tendré que llegar a Young para saciar mi apetito y comer como bestia para lidiar con la depresión de las vacaciones acabadas.
La tormenta arrecia, cada vez llueve más y encima truena. Llueve, pero ya viene la milanesa rellena. Volvemos a la ruta, llueve a lo loco y yo preguntó si no vale la pena volver. Al entrar en Trinidad, dejó de llover.
Hemos llegado a casa sanos y salvos, pensando en que travesuras haremos en septiembre. Gaby nos recibe feliz, trajimos Coca Cola Light y jugo de naranja natural, más la certeza de que no tendrá que calcular las porciones de sus próximos alimentos.
Nota Cultural:
Salto es la segunda ciudad más grande el Uruguay, pero no la segunda más poblada.  Se caracteriza por haber dado grandes escritores como Horacio Quiroga e ingenieros como Eladio Dieste.

TODOS  LOS PERSONAJES Y HECHOS AQUÍ MENCIONADOS SON REALES. CUALQUIER SIMILITUD CON LA FICCIÓN ES PURA COINCIDENCIA.

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