En esta época,
donde estamos discutiendo del lenguaje inclusivo, hay algunos que no entendemos
todavía como funciona el cerebro masculino y el femenino. Capaz que es la razón
por la cual no entendemos eso de las X por las a u o, arrobas y mucho menos el
e. (ejemplo amigXs l@s herman@s o les
diputades)
Pero hay dudas
que me retumban en la cabeza. ¿Cómo es posible que un hombre se acuerde de toda
una alineación de fútbol de 1978, inclusive de selecciones extranjeras, o peor aún
de equipos rivales, o de la segunda división y no tengan la memoria suficiente
para recordar 3 artículos de una lista de 4 del pedido de supermercado?, que se
olviden de un cumpleaños o fecha importante (según el concepto “ovárico”),
¿pero se acuerden de la mordida de Mike Tyson a su rival en mil novecientos
noventa y largos?
A mi me pasa
relativamente seguido que El Santi me pregunte si quiero queso en los ravioli
con tuco, cuando en realidad odio el queso rallado en la pasta con salsa, o que
“adivine” cada vez que tomamos caldo, que a mi el caldo me encanta con queso
mozzarella y parmesano en partes exageradas e iguales.
Para El Santi es
sorprendente que me acuerde de cosas intrascendentes como la ropa que yo
llevaba puesta en tal o cual ocasión y no pueda recordar la diferencia entre la
homocinética y un buje.
¿Así será la
vida, o nos la complicamos porque sí?
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