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31 de agosto de 2014

(h)errando la mesa

Yo soy de caminar por el centro de Montevideo (lugar donde confluyen todas las clases económicas, sociales y culturales de mi ciudad), y soy observadora, me gusta ver a la gente, como viste, como anda, que hace mientras camina. La gran mayoría habla por teléfono, muchos miran vitrinas, pero la gran mayoría come, sin importar que aparte de caminar, miren escaparates, hablan por celular y llevan a sus hijos (de 4 – 5 años) en carritos de bebe (tomando una bebida carbonatada en el biberón y comiendo un bizcocho relleno de dulce de membrillo).

A mi me enseñaron a bajar las revoluciones antes de comer y a sentarme a la mesa, concentrarme en lo que comía, sin televisión, diarios, con una charla liviana en familia.

Hoy en día veo que en mi ciudad eso pasa cada vez menos. La gente come mientras que camina. Pero cuando hablo de comer, no me refiero a frutas y verduras, sino hamburguesas de multinacionales, bizcochos, chorizos y panchos de carritos autóctonos…. Nada sano.

No soy una nutricionista y estoy lejos de tener una higiene alimenticia correcta, pero se que en el Uruguay al menos ¼ de los niños de 9 a 12 años tienen obesidad. La gran mayoría de los niños no comen verduras y frutas y se llenan a carbohidratos. A eso le agregamos que andan en carrito para “bebes” hasta los 4 – 6 años, y que no corren ni hacen ejercicio. Todo esto conlleva a que aparte de tener una población envejecida, los jóvenes que lleguen a adultos serán obesos, hipertensos, diabéticos, y con colesterol del malo alto, gente con baja autoestima, y con serios problemas de transpiración, sin contar la apnea y otros problemas respiratorios. Lindo “cocktail” para no llegar a ser viejos, y a esto le sumamos el sedentarismo.  

Estamos criando (vuelvo al tema: soy recurrente, sepan entender) a gente que no se sabe alimentar. Pero esta vez la culpa es toda nuestra, los estamos enseñando errando en su alimentación y los estamos herrando para que coman basura. Mi Gaby me pide más verduras, y tiene razón. La vida rápida nos lleva a comida de tal categoría, pero saben que en casa una lasagna se hace en 20 minutos, con tres hornallas encendidas. Aparte de alimentar bien a mi familia, calefacciona el hogar y deja un aroma que es difícil de olvidar.

Es necesario desamar tanto a nuestros hijos que los llenamos de comida chatarra, de fritos, de comida envasada? No seria preferible pasar tiempo de calidad con ellos, enseñándoles a hacer galletas caseras y cortar verduras?, en vez de abrir paquetes y descongelar comida procesada?


28 de agosto de 2014

Lo que el tiempo se llevó

Mi vida gira en torno a las conversaciones que mantengo, sean estas electrónicas o cara a cara. Y una amiga recordaba nuestros años de adolescencia…. Que tiempos aquellos.

26 de agosto de 2014

Una noche para el olvido

Anoche me atacó el bicho interno. Un dolor en el bajo vientre del lado derecho que me dejó doblada. El Santi, que tanto me conoce, recuerda que aún tengo el apéndice, y ve que la carita de dolor es en serio, nada de “mimitis”. Es cuando decide que no hay ciclón extra tropical que lo detenga a llevarme al primer paso de emergencia.

21 de agosto de 2014

La vida pasa, nuestro bus no!

Dado que a muchos amigos les gustó la entrada de  “¿Con que necesidad?”; esto de andar en bus no es algo extraño para mí. Tendré que informarles que si bien hice el liceo en el mismo barrio donde vivía, los cursos paralelos y los trabajos quedaban bastante lejos, por no decir en “el centro”, o lo complejo que es vivir en barrio lejano. Así que tengo varias experiencias “busísticas”.

19 de agosto de 2014

¿Que está pasando?

Vivo en el hemisferio sur, donde se supone que en agosto hace frío. Bueno, hace una semana que vengo feliz, no ha llovido, sale el sol, poca niebla y un calorcito que invita a creer que estamos en primavera.

15 de agosto de 2014

Con que necesidad?

Esta semana tuve que tomarme el bus dos veces para volver a casa. Estoy mal acostumbrada a andar en auto y esto del ómnibus me parece raro e incómodo. Yo se que es una estupidez, que todo el mundo lo hace, pero creo que a nadie le gusta.

A nadie le debe gustar andar en una lata, apretujados contra otros seres humanos que ni siquiera son conocidos. Menos necesidad hay de ser conducidos por un energúmeno que va texteando al mismo tiempo que conduce la vida de 35 personas sentadas y 40 de pie. Tampoco hay necesidad de ir escuchando cumbia a todo volumen.

Pero lo peor de todo son las personas que hablan a los gritos por el celular. Se suben al bus hablando y se bajan hablando, siempre a los gritos. Que necesidad tenemos de enterarnos que una mina se esta cargando a un tipo? Que el comercio donde trabaja hizo un acuerdo comercial con una tarjeta de crédito? Que es importantísimo ir a la parroquia y cantar en el coro?  Que el equipo de fútbol 5 perdió 7 partidos consecutivos y están pensando coimear al próximo oponente con una botella de whisky etiqueta negra?

Es que la gente se olvidó que la vida privada es justamente eso, privada? Que uno no puede andar por la vida, y menos en un vehículo de quince metros por cuatro, con las ventanas cerradas, con cumbia de fondo, hablando de su intimidad? Es necesario que todos lo que compartimos ese medio de transporte tengamos que escuchar la vida personal de la gente que no conocemos?

Ni que hablar de la falta de autoestima de quienes ventilan sus venturas y desventuras  ante los oídos de desconocidos, pero miran con desaprobación cuando lo observas incrédulo ante sus comentarios insípidos de una aventura desconocida. Por lo menos que comenten para el público cautivo de qué va su historia! Reclamo una sinopsis o recapitulación de la historia.  

Como dice El Santi, si vas a mostrar algo y los demás te miran, aguantate…… (creo que en realidad se refiere a las minifaldas, pero igual sirve…. a pesar del machismo extremo)

Pero que necesidad hay, pregunto yo, de hablar a los gritos, de “facebookear” tu vida en un medio de transporte donde lo único que vas a conseguir es un chiste entre familia o amigos, con tus desventuras  y aventuras?


13 de agosto de 2014

El arte de nombrar a una mascota y el derecho a la identidad

Hay familias que son bicheras, es decir, les encanta tener animales. Por casa tenemos dos perros, una gata, un conejo de indias, pasaron desde cocotillas y cotorras, hasta un gavilán. Durante una semana tuvimos una culebrita, y Gaby clama por tener una culebra grande, y arañas de las feas. A esto último me niego yo, pero podría tener ovejas, gallinas, loros, hurones, erizos, zorrillos, etc. Pero no es adecuado para una familia que vive en el conurbano.

10 de agosto de 2014

Sierras de Mahoma, porque no vinieron, fuimos.....

Un sábado de agosto, divino, sin lluvia, sin nubes, totalmente prometedor, eso fue lo que paso esta mañana, cuando a las 8:30 de la mañana saltamos de la cama y nos encaminamos a San José, al departamento, aunque pasamos por la periferia de la ciudad, para ir a Las Sierras de Mahoma. Ya que no vinieron a casa, nosotros vamos a ellas.

5 de agosto de 2014

Volviendo al pasado

Hace ya varios días que voy por la vida sin teléfono celular, y ha descubierto lo que es la libertad!.