Cuando yo era chica /
adolescente, Carrasco era un barrio jardín. Lleno de casonas veraniegas viejas
y mansiones divinas. También había casas de familia clase media donde los
chicos jugábamos en la calle, y todos tomábamos la merienda en una sola casa, cambiando
de casa todos los días así la cosa era más democrática. Andábamos todos en bicicleta (grandes y
chicos), y nos conocíamos todos en 5 manzanas a la redonda, mínimo. Íbamos por
nuestros compañeros de liceo en la misma bici, y hacíamos competencias de quien
subía más rápido el repecho de Cooper.
Más de veinte años
después, me encuentro que no hay más bicicletas en el barrio, solo las de algún
jardinero principiante o algún carrasquense deportivo. También veo que las
casonas de antes son tiradas abajo para construir edificios, cuyos
departamentos están vacíos, que tienen más metros cuadrados invertidos en
el“living-comedor” que en los cuatro dormitorios prometidos. Que las cocinas
son tamaño “departamento del FNV”, y que los baños no le envidian en nada a los
monoambientes pocitenses. Los jardines, con árboles antiquísimos son tirados
abajo para plantar aloe vera, en un edificio “minimalista”….. uff, que
cansancio para la vista todo blanco y cuadrado y sin la angustia en acordarte
que esa era la casa de alguna amiga.
Las mejores y más
viejas casas se han transformado en comercios desde bancos pasando por agencia
de viajes, boutiques, peluquerías (o debería decir coiffeurs?) con jardines
abandonados, o inutilizados. Galerías de arte o casas de remates.
Pero no todo está
perdido, hay casas que se conservan (en formol?) siendo casas de reposo para
ancianos, geriátricos, casa de la tercera edad, el nombre que le quieran poner.
Algunas dignas, las menos, otras…. Sin palabras.
Quedan algunas para
embajadas, pero selladas a cal y canto, y nos perdemos ese verde espectacular
que era el barrio, ya no tenemos lugar para tirar las bicicletas, ni nadie nos
llama para tomar la merienda, peor aún, no llamamos a nadie a tomar la
merienda.
Han pasado veinte
años y lo único que queda es Tienda Inglesa, el Lawn, la exHamburgo, (ahora Del
Museo), los colegios y el 15, Clyde’s, el viejo Tajamar reconstruido, el
abandono de la
exConaprole. Sigue el club Carrasco y ahora el Hotel
Carrasco. Perdimos el Cine Carrasco y ganamos el Punto Verde, que no terminó de
construirse y será un anexo del “hotelito” de Costa Rica.
En fin, prefiero
quedarme con los recuerdos y algunas fotos viejas, del Carrasco de antes, que
era un barrio.
Una muy sabrosa forma de enterarse de las vivencias de otras personas en otros paises. Saludos y un abrazo
ResponderEliminarRosa