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21 de marzo de 2014

Vida Multicotómica

Mi vida siempre ha estado divida en dos. De alguna forma o de la otra, siempre he estado de ambos lados, pero sin ser de ninguno de ellos. Como decía Leonardo Fabio, “no soy de aquí, no soy de allá”. Mi familia materna vivió en La Teja toda su vida desde que llegaron de España. Un barrio de gente trabajadora, humildes, sin grandes pretensiones ni pertenencias. En La Teja, hace 30 años, la familia era toda la cuadra, las puertas estaban abiertas, y los gurises eran todos “primos”, y los viejos trabajaban de obreros y las mujeres de domésticas.
 Por otro lado, mi familia paterna era de Carrasco, barrio de “gente bien”, empresarios, directores de empresas, con mucamas que venían de La Teja. Eran  casas grandes, con muchas pretensiones y más pertenencias. Las casas estaban abiertas para los chicos de la cuadra, y le donaban ropa a los hijos de las empleadas de La Teja.  
De esos orígenes vengo.



Las vueltas de la vida hicieron que mis padres se fueran al norte, a México más precisamente. Yo era un bebé uruguayo, que se crió en México. No soy de aquí ni de allá, tomo mate y como chilaquiles. Pero no soy mexicana y muchas veces no me siento uruguaya. Aunque me gustaría ser más mexicana y menos uruguaya, soy más uruguaya que mexicana, pero con pasaporte español! Y esa tricotomía es generada dependiendo de donde estoy. Si estoy en México, soy una güerita uruguaya, si estoy en Uruguay soy una mexicana, y chilanga. El pasaporte español es por comodidad, porque no preciso de visas, pero los mexicanos me dejan estar menos días que a los uruguayos. Es decir, a estas alturas sé que soy panamericana, pero sin nacionalidad, pero con ciudadanía.
Todos dicen que tengo un acento centroamericano, excepto los mexicanos que dicen que tengo acento de “porteña”. Los uruguayos se ríen cuando los mosquitos me dejan “picotes” y mis amigos mexicanos se burlan de mi forma de pronunciar las “S”. Amo el ruido y el “smog” de la ciudad de México y no me gusta la rambla montevideana, pero adoro el campo uruguayo, su gente y sus vacas.  
Es difícil ser yo, pero por eso soy lo que soy, una simple persona que adora lo que hace. Que ama dos países, a sus orígenes, que vive en Carrasco, pero Norte, pero no sabe dónde está parada, pero está bien plantada.


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