El otro día El Santi andaba furioso porque desde
una página web de compra y venta de artículos varios le estaban cobrando
treinta pesos (menos de 1 dólar con 30 centavos) porque sí. No había existido
compra ni venta de nada. Simplemente le facturaban esa cantidad de dinero sin
explicación.
Como dije, estaba furioso, yo simplista, solo
comenté “paga y listo, eso no es dinero”. La respuesta de El Santi fue
categórica: “No voy a dar dinero a nadie si no es mi voluntad y por una
razón lógica”. Y dicho y hecho, peleó contra el sistema y ganó.
Pero no siempre es así. Nosotros en casa pagamos
nuestros impuestos municipales en tiempo y forma. Pero la pila de poda sigue en
la vereda hace casi dos meses y la iluminación pública brilla, pero por su
ausencia. Será cuestión de principios dejar de pagar? Porque ya hemos llamado
varias veces al municipio y nada, todos los días tienen un pretexto diferente.
También tiramos la basura en su lugar, para encontrarla a las pocas horas fuera
del contenedor. Lo que se dice, somos buenos ciudadanos, que nos enfrentamos a
un montón de gente mugrienta, incluyendo a la institución que se debe encargar
de la higiene de la ciudad.
Los principios básicos de convivencia se están
olvidando. A nadie le preocupa escuchar una alarma de auto o casa sonando a
cualquier hora, todos son indiferentes ante la mugre de la ciudad. Nadie cede
un asiento en el autobús.
Creo que como generación estamos fallando mucho.
Nuestros padres pensaron que estaban criando a buenos seres humanos, que sólo
nos dedicamos a trabajar para crear más dinero, pero dejamos que nuestros hijos
jueguen en una plaza mugrienta, llena de caca de perro que el propietario del
can no levanta, llena de basura. Estos mismos niños comen comida basura
permanentemente, no pasamos (yo sí, y todos van a decir que sí, pero sabemos
que es mentira) tiempo de calidad con nuestros niños y ancianos. Pero sabemos
exactamente cuáles son las ventajas del nuevo celular del mercado y su
competidor número uno.
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