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2 de septiembre de 2014

El que se fue a Sevilla…. perdió su silla?

Hace algún tiempo que noto que amigos que se han ido del país lo lamentan con nostalgia. Todos declaran su pérdida, pero ninguno se vuelve del todo, solo vienen de vez en cuando, sobre todo en verano, a visitar a amigos y familia.

En mi caso me fui de chica, sin conciencia alguna, y volví de adolescente obligada por mi familia, y me quedé por mi propia decisión. Capaz que algún día soy de las que apagan la luz, pero yo me quedo acá.

Noto que todos los de afuera hablan con ternura de nuestro país, pero nunca han demostrado querer volver. Conozco casos de gente que se fue obligada durante la dictadura, volvió esperanzada, y ahora desea volver a su exilio, esta vez voluntario.

Todos nos desgarramos las vestiduras defendiendo este pequeño pedazo de tierra entre dos gigantes, pero casi nadie sabe sus fechas patrias, casi nadie se ha molestado en conocer la patria mas allá de las termas o las costas de Maldonado y Rocha.

Conocen más París y New York. No saben donde queda Pando ni saben el significado de Salsipuedes. Pero los puentes que nos unen con Argentina, los tienen claritos.


Todavía discutimos en nuestro país si los de afuera son de palo, o si pueden votar. Claro está que el de afuera ejerce su ciudadanía y nos “clava” o nos “bendice” a los giles que nos quedamos, pero no serán acaso un cacho más ciudadanos? U opinar de afuera es más fácil? El que se fue a Sevilla, perdió su silla?

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