Hace algunos
días se me dio la loca de leer blogs de madres y madrastras. Las madres
aconsejan como criar a sus hijos, en cambio todas las madrastras aconsejan como
no involucrarte del todo con tus hijastros porque ellos saben, en su interior,
que tu no sos la madre.
Yo,
personalmente, hija de mi madre pero criada por mi madrastra y abuelas y
abuelastra, con tiastro incluido, no soy madre pero soy madrastra a mucha
honra. Y no es mérito propio, son las circunstancias de la vida, la que te
enseña a ser familia de gente que genéticamente no es tu familia.
Yo conocí a mi
Gaby cuando ella a penas sabía ir al baño sola y lidiaba en su corazón y razón
con la separación de sus padres, y yo no sabía limpiarme los mocos sola, porque
siempre tuve a mi padre y madrastra (y abuelas) para que lo hicieran.
Para seguir,
quiero omitir el termino hijastra y madrastra, porque suena a cuento de hadas,
donde la primera es una víctima y la segunda una bruja.
Porque acá
nadie es víctima ni victimario, Somos dos personas, que no tienen sangre en
común pero decidimos hacernos de la una a la otra como mejor nos complacía; lo
mismo que a mi me pasó con La Flaca hace veintilargos años atrás.
Con Mi Gaby,
hemos tenido encontronazos y peleas, pero los besos y abrazos son lo más común.
La alianza que hacemos para enfrentar a El Santi son más que admirables para
cualquier campaña política o estrategia de guerra.
Ella me
presenta públicamente como su “vieja” aunque me llama “Fer”, y yo amo eso. Hay veces que pienso que ella es
más hija que yo madre. Y me cuesta, mas de las veces, mostrarme adulta ante
ella, que enseña más que lo que aprende, a pesar de sus dos décadas.
Pero siempre
tiene que haber un adulto responsable, y no puedo dejar que La Flaca y mi Viejo
sigan limpiándome los mocos. Es por ello que hace varios años tomé la responsabilidad
de criar a Mi Gaby. Y hoy veo que está transformándose en una mujer hecha y
derecha, aunque ande encorvada, porque es muy alta, a diferencia de mí. Mi Gaby odia la cocina,
solo adora comer, y parte de mi tiene, es flaca, pero no entiendo que no quiera
cocinar, pero ella decide lo que es su vida, y yo simplemente, a estas alturas
puedo mirar (y murmurar bajito).
Tiene gestos
tan parecidos a mí que mete miedo, pero es una dura con los sentimientos, cosa
que creo lo hace para hacerme rabiar…. Porque en definitiva es igual a mí, si
no te hace rabiar no es feliz.
En realidad mi Gaby es igual a El Santi… esas personas que te roban el
alma, te enamoran y te dejan hecha bolita por el resto de tu vida.
Que lindo! que lindo! me encantó! no hay palabras mas que agregar...HERMOSO! Gaby es un amor!...es preciosa!
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