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29 de junio de 2014

Volviendo al mundo real

Para mí se acabó del mundial, mucho más luego de Robben dijo que el penal no fue penal, y así nos metieron el dedo donde el sol no nos da. Ahora hay que volver al mundo real.

El mundo real es mucho más bravo que el mundo fútbol, porque la vida actúa de oficio permanentemente sin preguntarte si estás de acuerdo o no. Te cobra todas las penalidades, y no te saca solo amarillas, te saca naranjas, rojas y violetas.  En el mundo real, la gente se olvida como es una en realidad y te cobra “penal” por hacer un comentario, también en el mundo real, se acaba el sueldo y los sueños.
En la vida de todos los días siempre hay alguien mordiéndote los talones, y no son expulsados de la vida ni de nada, siguen mordiendo, carcomiendo hasta que se les terminen los dientes.
En la vida no fútbol vivimos con los dientes apretados en el tránsito, en el supermercado, en la calle, tratando que no nos roben. En el mundo real la inseguridad persiste. Los fundamentalistas de todas las índoles siguen reventando canillas, sacándola al “corner”. En la vida de verdad salimos a trabajar todos los días ocho horas, y los jueces no ven las horas extras ni los esfuerzos de más. La vida sigue, los mafiosos son internacionales, sin importar su rubro, aunque se vistan de “gentlemen” siguen siendo basura.
En la vida real, no hay “cooling time”, no hay medio tiempo, no son 90 minutos, es una vida entera.


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