Para mí se acabó del mundial, mucho más luego
de Robben dijo que el penal no fue penal, y así nos metieron el dedo donde el
sol no nos da. Ahora hay que volver al mundo real.
En la vida de todos los días siempre hay
alguien mordiéndote los talones, y no son expulsados de la vida ni de nada,
siguen mordiendo, carcomiendo hasta que se les terminen los dientes.
En la vida no fútbol vivimos con los dientes
apretados en el tránsito, en el supermercado, en la calle, tratando que no nos
roben. En el mundo real la inseguridad persiste. Los fundamentalistas de todas
las índoles siguen reventando canillas, sacándola al “corner”. En la vida de
verdad salimos a trabajar todos los días ocho horas, y los jueces no ven las
horas extras ni los esfuerzos de más. La vida sigue, los mafiosos son
internacionales, sin importar su rubro, aunque se vistan de “gentlemen” siguen
siendo basura.
En la vida real, no hay “cooling time”, no hay medio
tiempo, no son 90 minutos, es una vida entera.
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